La historia de los japoneses en Brasil

Japón, Otros

Por Kevin

¿Sabías que alguna vez Brasil encarceló a japoneses en campos de concentración y ordenó a 10.000 inmigrantes que abandonaran sus hogares en mitad de la noche? ¿Y que, desde hace muy poco tiempo, la entrada de japoneses no estuvo prohibida en Brasil? Hoy vamos a contar la verdadera historia de los japoneses en Brasil.

El contexto histórico

A finales del siglo XIX, Japón atravesaba una grave crisis económica. Después de 265 años de aislamiento durante el shogunato Tokugawa, el país enfrentó dificultades económicas y sociales. La modernización de la agricultura dejó a miles de campesinos desempleados y muchos pequeños agricultores perdieron sus tierras debido a las nuevas políticas fiscales.

Durante el período de aislamiento, Japón no exhibía productos y sólo producía los alimentos que consumía. Esto resultó en hambrunas generalizadas cada vez que había problemas con las cosechas. Con el fin del shogunato Tokugawa en 1868, Japón comenzó a abrirse al mundo, iniciando una era de reforma y modernización.

Estos cambios, aunque necesarios, trajeron nuevos desafíos. La reforma agraria modernizó la agricultura, pero también dejó a muchos campesinos sin empleo. Además, el gobierno comenzó a recaudar impuestos en efectivo, lo que endeudó a muchos pequeños agricultores y les hizo perder sus tierras.

La historia de los japoneses en Brasil.

La gran política de inmigración

Para resolver la crisis, Japón implementó una importante política de inmigración en 1880, con el objetivo de enviar a su población pobre y desempleada a otros países. Al mismo tiempo, Brasil, que había abolido la esclavitud en 1888, necesitaba mano de obra barata para reemplazar la mano de obra esclava. Así, el gobierno brasileño fomentó la inmigración de otras nacionalidades, pero con restricciones para asiáticos y africanos, prefiriendo a los europeos.

El Decreto 528, firmado por el presidente Deodoro da Fonseca en 1890, limitó la entrada de asiáticos a Brasil. A pesar de esto, la necesidad de mano de obra barata hizo que Brasil comenzara a considerar la inmigración japonesa. En 1902, Italia puso fin a la emigración subsidiada a Brasil, aumentando aún más la demanda de trabajadores.

En 1905, el ministro japonés Fukashi Sugimura visitó Brasil e informó al gobierno japonés sobre la hospitalidad de los brasileños. Este informe fue fundamental para que Japón viera a Brasil como un destino prometedor para sus inmigrantes.

Kasato-Maru e Inmigración a Brasil

La llegada de los primeros inmigrantes

En 1907, Brasil creó la ley de inmigración y colonización, regularizando la entrada de inmigrantes y eliminando restricciones anteriores. Ese mismo año, un grupo liderado por el juez Saburo Kumabe vino a Brasil para trabajar en la Fazenda Santo Antônio en Macaé, Río de Janeiro. Desafortunadamente, este primer intento fue un fracaso debido a la falta de experiencia agrícola y otros problemas.

Los problemas enfrentados incluyeron la infertilidad del suelo, la falta de inversión, las epidemias de malaria y los ataques de animales salvajes. Además, el grupo enviado por Japón estaba formado por personas de diversas profesiones urbanas, como abogados y profesores, sin experiencia en el cultivo de la tierra.

A pesar de este fracaso inicial, la necesidad de mano de obra de Brasil y el deseo de Japón de deshacerse de su excedente de población continuaron alineando los intereses de los dos países. En 1908, el barco Kasato Maru trajo 781 japoneses a Brasil, marcando el comienzo de una nueva era en la inmigración japonesa.

La historia de los japoneses en Brasil.

La expansión de la inmigración japonesa

Después de 1917, Brasil comenzó a recibir un gran número de inmigrantes japoneses. Entre 1917 y 1940, alrededor de 164.000 japoneses llegaron al país, principalmente para trabajar en las plantaciones de café de São Paulo. Las dificultades culturales y económicas fueron grandes, pero muchos japoneses lograron establecerse y prosperar.

Los inmigrantes japoneses enfrentaron varias dificultades, como barreras lingüísticas, diferencias culturales y terribles condiciones laborales en las plantaciones de café. Muchas familias abandonaron sus granjas debido a los bajos salarios y las condiciones de vida precarias.

Aun así, la inmigración japonesa siguió creciendo. En 1912, grupos de japoneses comenzaron a instalarse en barrios de São Paulo, como Liberdade, formando comunidades que se apoyaban mutuamente.

La historia de los japoneses en Brasil.

Discriminación y Contribuciones

Discriminación y prejuicio

A pesar del crecimiento de la comunidad japonesa, la discriminación fue intensa. En 1938, el gobierno de Getúlio Vargas implementó políticas nacionalistas que restringieron la vida de los extranjeros. El Decreto N° 383 prohibía a los extranjeros formar asociaciones, participar en actividades políticas, alfabetizar a niños en otras lenguas e incluso hablar lenguas extranjeras en público. Estas medidas apuntaban a la asimilación cultural, pero causaron un gran sufrimiento a las comunidades de inmigrantes.

Durante la Segunda Guerra Mundial la situación empeoró. Los inmigrantes japoneses, junto con los alemanes y los italianos, fueron tratados como enemigos. En Brasil se construyeron alrededor de 31 campos de concentración para prisioneros extranjeros, donde los japoneses fueron sometidos a trabajos forzados y humillaciones constantes. En 1942, aproximadamente 10.000 japoneses se vieron obligados a abandonar sus hogares en Santos y trasladarse al interior, bajo acusaciones infundadas de espionaje.

Además, muchos inmigrantes japoneses fueron arrestados o deportados bajo sospecha de espionaje, a menudo basándose en informes falsos hechos por vecinos. El racismo fue legitimado por teorías pseudocientíficas, como el darwinismo social, que justificaba la superioridad racial de los europeos sobre otras etnias.

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Contribuciones de los inmigrantes japoneses

Incluso con toda la persecución, los inmigrantes japoneses contribuyeron significativamente a Brasil. Introdujeron nuevas técnicas y cultivos agrícolas, como los caquis, las manzanas Fuji y las fresas. La comunidad japonesa ayudó a desarrollar la agricultura intensiva en el país, aprovechando al máximo los suelos fértiles. Las técnicas de cultivo intensivo, como la siembra en espacios reducidos, han aumentado la productividad agrícola.

Además de los aportes agrícolas, los japoneses trajeron una serie de valores y prácticas culturales que enriquecieron la sociedad brasileña. El sistema de aparcería permitió a muchos inmigrantes ahorrar y comprar sus propias tierras, contribuyendo al desarrollo económico de varias regiones. La disciplina, el trabajo duro y el énfasis en la educación también son legados importantes de los inmigrantes japoneses.

Integración y Aceptación

Ascensión social

Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, los inmigrantes japoneses comenzaron a recuperar sus derechos y muchos decidieron quedarse en Brasil. La discriminación disminuyó con el tiempo y los japoneses comenzaron a integrarse más a la sociedad brasileña. En las décadas de 1960 y 1970, la comunidad japonés-brasileña se expandió a las ciudades, donde abrieron pequeños negocios e invirtieron en la educación de sus hijos.

La cultura japonesa valora mucho el estudio y el trabajo, lo que hizo que los inmigrantes se esforzaran por brindar a sus hijos una buena educación. Muchos japoneses lograron colocar a sus hijos en buenas escuelas y universidades, dando prioridad a carreras prestigiosas como derecho, ingeniería y medicina. En 1977, aunque los japoneses representaban sólo 2,5% de la población de São Paulo, eran 13% de los aprobados en la USP, 12% en la FGV y 16% en el ITA.

Convivencia Armónica

Hoy la convivencia entre brasileños y japoneses es pacífica y armoniosa. La cultura japonesa es valorada y respetada en Brasil, con eventos y celebraciones que promueven la integración cultural. La historia de los inmigrantes japoneses en Brasil es un ejemplo de superación y contribución mutua, mostrando que, con tiempo y esfuerzo, diferentes culturas pueden convivir en armonía.

Los inmigrantes japoneses ayudaron a transformar el panorama cultural y económico de Brasil. Introdujeron más de 50 tipos de alimentos, como frutas y verduras, que eran desconocidos en el país. Desarrollaron una agricultura intensiva y contribuyeron a la diversificación agrícola, mejorando la producción y la calidad de los productos brasileños.

Conclusión

La historia de los japoneses en Brasil está marcada por desafíos y logros. Desde la llegada de los primeros inmigrantes, pasando por las dificultades enfrentadas durante la Segunda Guerra Mundial, hasta su integración y contribución a la sociedad brasileña, los japoneses dejaron un legado significativo en el país. Hoy celebramos la diversidad y riqueza cultural que esta comunidad trajo a Brasil, reforzando la importancia del respeto y la convivencia pacífica entre los diferentes pueblos.

Si quieres un vídeo completo de la historia de los japoneses en Brasil, te recomendamos el vídeo a continuación:

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